La represión cultural en Leones

Por Marcos Ongini (*) | Especial para MuHLI

Durante la última dictadura cívico-eclesiástica-militar (1) -autodenominada por las Fuerzas Armadas como Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983)- se llevó a cabo un plan sistemático de represión cultural que acompañó a la represión política, la desaparición forzada de personas y a la apropiación de bebés nacidos en los centros clandestinos de detención.

La cultura, la educación y los medios de comunicación social fueron considerados por los militares como un “campo de batalla”. El general Jorge Rafael Videla, presidente de la Junta Militar desde 1976 a 1981, se expresaba al respecto: “La lucha es en todos los campos, además del estrictamente militar. No se permitirá la acción disolvente y antinacional en la cultura, en los medios de comunicación”. (2)

En ese sentido, el general Ramón Camps, quien fuera Jefe de la Policía Federal Argentina, manifestaba en una revista de la época: “Esta lucha tiene varios campos y tiene por finalidad conquistar al hombre. Es decir, todos los sectores de la población deben apoyar esa conquista del hombre, su mente, su corazón”. (3)

La represión cultural fue una estrategia sistemática y cuidadosamente planificada de desaparición de símbolos, discursos e ideas como metodología de control, censura y disciplinamiento social, desplegado en todo el territorio nacional.

Según Ivernizzi y Gociol (2002) “De un lado estaban los campos de concentración, las prisiones y los grupos de tareas. Del otro, una compleja infraestructura de control cultural y educativo, lo cual implicaba equipos de censura, análisis de inteligencia, abogados, intelectuales y académicos, planes editoriales, decretos, dictámenes, presupuestos, oficina. Dos infraestructuras complementarias e inseparables desde su misma concepción”. (4)

El principal órgano de gobierno que centralizaba el control de esta estrategia represiva era el Ministerio del Interior, dirigido por el general Albano Harguindeguy -allí funcionaba la Dirección General de Publicaciones (DGP)- estableciendo una red operativa con el Ministerio de Educación y Cultura.

Mediante decretos, notas, circulares, listas negras y diversos documentos secretos como el Plan Nacional de Comunicación Social y el Informe Especial Nº 10 (1977), y el Operativo Claridad (1979), se puso en marcha un accionar represivo ejecutado por los servicios de inteligencia de las fuerzas conjuntas (militar y policial), basado en la censura y la prohibición de obras literarias, científicas e infantiles, manuales escolares, canciones, obras de teatro y películas.

También hubo:

-Cierres de editoriales, bibliotecas y librerías.

-Quema de libros.

-Persecución, secuestro, asesinato, desaparición y exilio de artistas, escritores/as, músicos/as, educadores/as y científicos/as.

Los libros prohibidos

El libro, como objeto cultural, y todo lo que genera la lectura como agencia de emancipación social y política fueron considerados subversivos por la dictadura. La idea de subversión estaba ligada, por un lado, a la filosofía del marxismo y, por otro, a todo aquello que cuestionara los valores occidentales y cristianos establecidos.

Las ideologías y grupos considerados disolventes del “ser argentino” eran visto como “enemigos” y, por lo tanto, fuertemente reprimidos. Una de las metodologías de “purificación del ser nacional” fue la quema de miles de títulos de material bibliográfico, lo que también impulsó el enterramiento de libros ya que era peligroso tenerlos en una biblioteca y colocaba a sus dueñas/os en esa posición de enemigas/os de la Patria.

El general Luciano B. Menéndez, Jefe del III Cuerpo del Ejército con sede en Córdoba, sostenía: “De la misma forma que destruimos por el fuego la documentación perniciosa que afecta el intelecto y nuestra manera de ser cristiana, serán destruidos los enemigos del alma argentina”. (5)

En ese marco, el 29 de abril de 1976 se incineraron miles de ejemplares en el Regimiento de Infantería Aerotransportada 14 de La Calera (Córdoba) y el 26 de junio de 1980, 1.500.000 libros del Centro Editor de América Latina (CEAL) fueron destruidos por el fuego en un baldío de Sarandí (Buenos Aires), por orden del Juez Federal de La Plata coronel Dr. Héctor Gustavo de la Serna.

Jorge Videla en Leones, 1978. Archivo Histórico Municipal.

Libros e historias ocultas en Leones

El 5 de marzo de 1978, el general Videla visitó Leones en el marco de la 22° Fiesta Nacional del Trigo, junto a una comitiva integrada por el interventor de la Provincia de Córdoba, general Carlos Chasseing, el general Luciano Benjamín Menéndez y el obispo de Villa María, monseñor Cándido Rubiolo.

En una entrevista publicada por El Informante en 2007, Noemí Morano -encargada de la Biblioteca Municipal “José Manuel Estrada” desde febrero de 1978- comentó que instantes anteriores a la llegada de Videla al Edificio municipal, quienes lo secundaban ingresaron a la Biblioteca y comenzaron a interrogar a las/os presentes respecto a la procedencia de determinados libros, los cuales eran arrojados al piso al grito de “Sacá ese libro, tiralo al suelo” o “¡¿Por qué tenés cerrado ese cajón?!, abrilo”. En aquella jornada, según el testimonio de Morano, los funcionarios de la dictadura retiraron más de 50 libros considerados prohibidos, los cuales nunca devolvieron. (6)

Existen otros testimonios locales acerca del ocultamiento y enterramiento de libros por temor a ser denunciados, allanados y reprimidos por las fuerzas de seguridad. Horacio “Tin” Pochettino comentó que en el año 1976 su padre, Néstor “Tropero” Pochettino, enterró en el patio de su casa libros de Karl Marx y de León Trotsky; Los vengadores de la Patagonia trágica, de Osvaldo Bayer y La Forestal: la tragedia del quebracho colorado, de Gastón Gori, entre decenas de obras.

Pochettino era dueño de una vasta y diversa biblioteca, con determinados títulos que en esos años solía compartir con jóvenes leonenses como material de lectura. Ante el avance del plan de represión cultural en el país, y el miedo a un posible allanamiento en su casa, decidió ocultar algunos de sus libros prohibidos. (7)

Carlos “Loli” Hurtado -quien residía en Córdoba capital desde 1972 y había sufrido el allanamiento de la pensión donde vivía en febrero de 1977- comenta que, por temor, su madre Gladys González ocultó sus libros en el Cementerio de Leones durante la visita de Videla a la Fiesta Nacional del Trigo, en 1978.

Entre los títulos de Gladys, se encontraban: Los que luchan y los que lloran, de Jorge Masetti y Contra la ocupación extranjera, de Rogelio García Lupo. “A mi vieja le “avisaron” que podrían hacerlo (allanarle) porque yo estaba en una lista (negra) y ella, por precaución y miedo, llevó mis libros al panteón de mi viejo y los escondió entre el féretro y la pared, años después los quemaría en casa”, aseguró Hurtado (8)

Otros casos relevados para este artículo aseguran que, en Leones, durante los años de la dictadura también se llevaron adelante algunos allanamientos a domicilios particulares. A partir de esta situación, Felicitas Rossi aseguró que sus libros prohibidos aún permanecen ocultos en una caja, resguardados en un domicilio de la Ciudad.

(*) Profesor de Historia y Ciencias Sociales. Cursa la Maestría en Ciencias Sociales con mención en Derechos Humanos (Facultad de Ciencias Sociales, UNC). 

Notas, fuentes y referencias bibliográficas:

(1) Término propuesto por diversos autores que hace referencia a la participación concreta que tuvieron diferentes sectores de la sociedad argentina durante las dictaduras que se implementaron en nuestro país desde 1930 a 1983. Ver https://atilioboron.com.ar/wp-content/uploads/2020/03/LIBRO-TEA.pdf

(2) En Memoria y Dictadura. Un espacio para la reflexión y los Derechos Humanos. Pág. 38.

(3) y (4) Citado en Adamoli, María Celeste; Flachsland, Cecilia y Luzuriaga, Pablo (2014). Pensar la dictadura: terrorismo de Estado en la Argentina. Preguntas, respuestas y propuestas para su enseñanza, pp. 68 y 69. Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación.

(5) La Opinión, 30 de abril de 1976.

(6) Garrone, Mariano (13 de diciembre de 2007). “El día que un genocida fue ciudadano ilustre”. El Informante, p. 10. Leones.

(7) Entrevista del autor a Horacio Pochettino, 20 de marzo de 2022.

(8) Entrevista del autor a Carlos Hurtado, 21 de marzo de 2022.

Agradecimientos: Carlos Hurtado, Horacio “Tin” Pochettino y Mariano Garrone.

Fotografía principal: libro de Pochettino donado a la Colección Muhli.

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